jueves, 27 de abril de 2017

¿Residencia o familia? El alojamiento ideal para tu viaje de estudios

Tomar la decisión de irte de viaje al extranjero para aprender un idioma es lo mejor que hayas podido hacer, pero estás sólo a medio camino de tu meta. Te quedan bastantes detalles que establecer, tienes que decidir el mejor destino, que te va a permitir tanto practicar el idioma como pasarlo bien con los amigos que hagas de viaje, la duración de la estancia, el tipo de programa (individual o en grupo, intensivo, etc.)...y, no nos olvidemos del alojamiento, ya que la mayoría de los cursos ofrecen dos tipos de alojamiento, en una residencia de estudiantes o con una familia que viva en el destino elegido por ti. Sobre esto vamos a hablar en el artículo de hoy, las ventajas de cada uno de este tipo de alojamientos para tu curso de idiomas en el extranjero.


Antes de elegir el tipo de alojamiento para tu estancia en el extranjero, tienes que tener clara una cosa: ninguna opción es mejor que la otra, se trata, simplemente, de tus necesidades y de cómo cumplir con esas expectativas que tienes de un viaje de estudios al extranjero.
 
Alojarte con una familia anfitriona es la forma más tradicional de alojamiento. Gracias a este tipo de programas de idiomas en el extranjero, vas a poder vivir un estilo de vida diferente al que tienes en tu país y te tendrás que acostumbrar a otras tradiciones, costumbres e incluso a otros horarios, que al principio puede ser que te resulten raros. ¿Te imaginas cenando a las 8 de la tarde? Pues puede ser que con tu nueva familia tengas que hacerlo durante las semanas que durará tu curso de idiomas.



La ventaja más importante de alojarte en una familia anfitriona es el aprendizaje, el hecho de que llegas a practicar el idioma a todas horas, no sólo durante las clases que tienes en la escuela de idiomas que hayas elegido. Vivir en una familia inglesa, por ejemplo, supone hablar en inglés todo el rato, desde la primera hora de la mañana, cuando tomes con ellos el típico English breakfast, hasta la hora de irse a dormir. Hablamos, por ende, de un clima en el que te sentirás cómodo, seguro y tendrás más confianza a la hora de expresarte en inglés.


Las familias que elegimos para nuestros cursos de idiomas viven en barrios tranquilos y cuentan con muy buenas instalaciones, lo que te hará sentirte como en casa. Disfrutarás de todo el confort teniendo acceso a todas las comodidades que los anfitriones mismos usan, o sea la cocina, los baños, la sala de estar, etc.
Si hay algo que destaca es la seguridad que te da alojarte con una familia anfitriona. Por un lado, los padres se quedan más tranquilos sabiendo que hay unos adultos que se hacen responsables de ti durante toda tu estancia y, por otro lado, tú no tendrás que preocuparte por nada, sabiendo que hay una familia que está velando por tu seguridad.


Gracias a alojarte en una familia vas a hacer unas amistades que pueden durar toda la vida. Por nuestras escuelas han pasado muchos jóvenes que, debido a una experiencia positiva en el primer viaje de idiomas al extranjero han repetido año tras año con la misma familia. Desde el primer momento, te sentirás como en familia, ya que todos nuestros colaboradores pasan por un proceso de selección que nos asegura que las familias con las que convivirás son las mejores.


Si eres de las personas a las que les gusta estar con mucha gente, rodeado siempre de personas con las que puedas hablar a todas horas, elegir un curso de idiomas con alojamiento en residencia es una buena idea. De esta forma, vas a convivir con otros estudiantes, de diferentes nacionalidades y países y vas a hacer nuevas amistades que incluso durarán más que las 3 semanas que estarás de viaje.



Alojarte en una residencia de estudiantes es una opción muy cómoda, ya que suelen estar ubicadas en la misma escuela o muy cerca de la escuela donde tendrás las clases y las actividades. Las residencias son edificios bonitos y aunque se trate de construcciones tradicionales cuentan con instalaciones modernas. Todas ellas disponen de habitaciones individuales o compartidas que se cierran con llave. Los baños suelen ser compartidos y el régimen de comidas es pensión completa.


La convivencia en una residencia de estudiantes suele ser tranquila y amable, aunque también es verdad que hay más ambiente que en una familia anfitriona, al haber más personas en un mismo espacio. En una residencia vas a disfrutar de más libertad, pero, gracias a los horarios y a las reglas impuestas, también tendrás unos límites que permitirán que tu curso de idiomas se desarrolle con total normalidad. La palabra “aburrimiento” desde luego no tiene hueco en este escenario.


Resumiendo, los cursos de idiomas con alojamiento en familia te ofrecen la posibilidad de profundizar más en el idioma y más oportunidades de conocer otra cultura, otra ciudad y otra forma de vivir, mientras que alojarte en una residencia con estudiantes de distintos países y nacionalidades te darán recuerdos inolvidables de un verano entre amigos. Las residencias son ideales para conocer estudiantes de todo el mundo y compartir experiencias con ellos, pero alojarte con una familia anfitriona también tiene su encanto.

 

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